ECOS DEL IX CONGRESO DE LA AMP: «UN REAL PARA EL SIGLO XXI»
por José Ioskyn
Durante el Congreso de París, pensaba que en nuestros últimos encuentros nacionales e internacionales, los testimonios de pase se han convertido en el espectáculo que anima la función, y que ya debería ser tiempo de pensar en una narrativa propia del testimonio, un modo de contar que reúna varias técnicas a la vez: la crónica con el relato, el caso clínico con la novela, el haiku con la historia, y de ese modo otorgarle a la transmisión una dinámica propia, destinada a un público de analistas, especializado y exigente.
Por suerte o por desgracia, un testimonio, como cualquier texto que circula y es leído, no puede tener una fórmula predeterminada: el lugar de lo imprevisto, de aquello que resta aún de la subjetividad en un texto, eso estará siempre presente. La raspadura de un texto, las tachaduras y desvíos que hacen al estilo hacen que la sorpresa sea primordial a la hora de ser tocado por un escrito. Por algo algunos testimonios nos resuenan, nos emocionan, nos entusiasman, nos prometen algo con respecto al análisis, otros en cambio nos dejan con el sabor amargo del escepticismo o la indiferencia.